jueves, 19 de noviembre de 2009

La culpa (Markus)

De dónde surge mi traición, de qué raíz ha brotado, qué sentido tiene mirar hacia otro lado si no hay lados que valgan, si no existen, si se pierden cuando te propones encontrarlos, qué sentido tiene si soy unidimensional, si soy uno ante mi mismo y dos frente al resto de la gente, qué sentido tiene si todo se reduce a mis ganas de vivir, qué tortura caminar sin llegar a ninguna parte, pensando que podía estar con él, qué puedo hacer si soy un traidor sin patria, sin pueblo, ni castillo, un simple superviviente, qué pretensión más humana creerme inmortal, qué se puede esperar de mí si presiento que me observan, si mis pasos ya no mis pasos, si son de otro, de un tipo cansado que pierde batallas sin darse cuenta, por qué te abandoné, padre, me pregunto, aquí, en la soledad del frío, para qué sacrificarlo todo, incluso mi propia vida, para nada, a cambio de nada, dime, por qué no hiciste lo mismo, por qué subiste a ese tren, por qué no alzaste la voz, por qué. Me espían, lo noto, puede verlo en sus ojos, tipos que buscan mi arrepentimiento, yo te amaba, nadie puede negarlo, pero en mis circunstancias no tenía alternativa, una corriente me arrastraba, podía sentir su fuerza por todo mi cuerpo, estaba pletórico de vida, corría por mis venas el deseo apremiante de salir al mundo, y ese deseo no me dejaba reposar, lo hice porque no podía evitarlo, porque quería seguir viviendo, pero no basta, nunca basta cuando la culpa se antoja inagotable. Soy culpable, lo sé.

No hay comentarios: