domingo, 8 de noviembre de 2009

Estoy enfadado, muy enfadado

Lucas se muerde la lengua para no herir a la gente, a menudo las cosas que uno piensa dañan, hacen daño, pero si uno nunca las dice puede que la gente siga pensando que todo está bien y no ocurre nada, Lucas se pasó toda la vida ocultando verdades y eso tiene sus propias consecuencias, aprendió que lo difícil no es taparse la boca sino todo lo contrario, hablar, decir que estás enojado, muy enojado, y que ese sentimiento es real y no hay forma de ocultarlo, demasiado intenso para mirar hacia otra parte, Lucas quiere mirar al mundo y, más que al mundo, a ellos, y cuando digo ellos, me refiero a esos tipos ciegos que dicen verlo todo, mienten, son tristes, hombres y mujeres tristes antes incluso de nacer, nosotros somos la vida, dice Lucas, la vida herida por el hombre…

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