martes, 20 de enero de 2009

Amor

Estoy sentado frente a ti. He bajado las persianas para que nadie nos vea, tal y como habíamos quedado. ¡Estás tan guapa! Mira, te he traído una foto del pueblo para que veas como está la iglesia. El cura dice que ahora durará más de mil años. ¿Quieres que encienda la tele? Es verdad, mejor charlamos un rato. Sabes, tus hijos siguen llevándote flores todos los domingos y tus nietos no dejan de preguntarme por ti. Pero nadie se imagina que sigues aquí. La pequeña Lucía dice que la casa sigue oliendo a ti. ¡Es tan lista! ¿Te gusta la ropa que te puse hoy? ¿Y la tarta, te gusta la tarta que te compré? Acabas de cumplir ochenta y dos años. Has encogido seis centímetros, sólo pesas cuarenta y cinco kilos, y sigues siendo bella, elegante y deseable. Hace cincuenta años que vivimos juntos y te amo más que nunca. Espero que me entiendas. Te hablo para comprender lo que he vivido, lo que hemos vivido juntos.

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