sábado, 9 de octubre de 2010

Tierra o marrón

Y entonces llegó y se sentó para descansar o para escribir o para hacer ver que escribía cuando en realidad estaba imaginando que era una mujer azul porque el crepúsculo más tarde tal vez fuese azul, como él bien sabía, imaginaba que hilaba con hilos de oro las sensaciones, imaginaba que la infancia era hoy y no ayer, como si de repente se hubiese despertado de un largo sueño, imaginaba que una vena se había abierto e imaginaba que de ella manaba sangre morada, le gustaba pensar que de todos los lugares del mundo aquel era el mejor para desangrarse y luego sonrió, como si aquellas gotas de sangre fueran las últimas de una época pasada y ya enterrada, entonces, con la mirada afilda, alzó los ojos y vio aquel tipo que parecía haber salido de la misma tierra y pensó, por qué no, regalarle una sonrisa hechicera...

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