miércoles, 5 de mayo de 2010
Lo sabía, y un día, dejó de saberlo.
Contaba la tragedia y la comedia de la imparable pérdida de la inocencia, la imposibilidad de crecer sin dolor, sin romperse. Madurar era caer en la corrupción insensible de los adultos.
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2 comentarios:
Cómo duele... duele... duele
hola que tal?
te acuerdas en gozo al restaurante con mi amico mario
ahora soy en mi casa a formello
muy interessante el tu blog.
muy divertida quando penso que tu hai comido todo el dulce ah ah
se passo a barcelona te puedo avvisare/buscar? mario tambien quiere hacer visita .ciao
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